Familiares de Manuela Chavero muestran su apoyo a los de Francisca Cadenas

La hermana de Manuela Chavero, Emilia, junto a su marido, José Moreno, se desplazaban este sábado hasta Hornachos para mostrar su apoyo y arropar a la familia de la también desaparecida Francisca Cadenas, justo el día en el que tenía lugar un gran dispositivo para encontrarla, que ha concluido sin ningún resultado.

Tras más de diez meses sin pistas sobre el paradero de su hermana, Emilia ha dicho que «se siente totalmente identificada» con la familia de Cadenas, y que por ello «tenía que estar en Hornachos «apoyándola y dándole fuerzas».

Preguntada por la similitud de este caso con el su hermana, que tanto se está comparando en diversos medios de comunicación durante los últimos días, Chavero piensa «que no tienen absolutamente nada que ver» y ha expresado que «se trata de situaciones familiares completamente distintas». Emilia también ha apuntado que «no sería nada bueno crear una alarma social» porque «no tiene ningún fundamento» y se ha referido a las personas que se encontrarían detrás de cada desaparición como «dos personas diferentes», ya que ambas familias sostienen que ni Manuela ni Francisca se han ido por su propio pie, sino que se las han llevado en contra de su voluntad.

Restos óseos

Desde que el pasado martes la delegada del Gobierno en Extremadura, Cristina Herrera, indicara que, tal y como se dijo en un primer momento, el análisis de los restos óseos hallados cerca de Monesterio, «va a tardar», no se tiene constancia de ninguna novedad sobre la procedencia exacta de los mismos y si pudieran estar relacionados con la desaparición de Manuela Chavero.

Herrera ya explicaba que «aparentemente» el forense, «a primera vista» y tras los análisis realizados, vislumbró que los huesos «grandes» encontrados junto a los «pequeñitos» son a priori de «origen animal», pero que, aún así el análisis de los «pequeñitos machacados» continúa «uno por uno» para determinar si «pudiese haber» o no «alguno de origen humano».

Han pasado más de diez meses desde que Manuela Chavero desapareciera de su casa la madrugada del 4 al 5 de julio en extrañas condiciones dejando su móvil encima de la mesa y las luces encendidas.