Sin novedades, pero con "datos sobre la mesa" tras la batida de hoy para encontrar a Manuela Chavero
Ahora toca “realizar una valoración de los datos que se han recopilado durante los días sucesivos para ver todo el trabajo documentado que se ha conseguido y veremos en qué líneas se puede seguir trabajando”, ha indicado José Ángel Sánchez
Isabel Ambrona
Sábado, 15 de octubre 2016, 18:50
Tras más de ocho horas de búsqueda, los más de 300 voluntarios, entre los que se encontraban particulares, familias de otros desparecidos y equipos especialistas, tanto de la Guardia Civil, como de diferentes colectivos especializados, que han participado hoy en la batida para encontrar algún indicio del paradero de Manuela Chavero, desaparecida desde hace más de 100 días, han concluido la jornada sin novedades, pero con "datos sobre la mesa".
Así lo explicaba José Ángel Sánchez, policía local segoviano responsable de coordinar el dispositivo de hoy en Monesterio. Sánchez ha dicho que el siguiente paso tras esta búsqueda es realizar una valoración de los datos que se han recopilado durante los días sucesivos para ver todo el trabajo documentado que se ha conseguido. Una vez que hagamos esa valoración, veremos todo aquello pendiente que nos ha quedado por realizar y veremos también, en coordinación con Policía Judicial, la UCO de Madrid y la comandancia de Extremadura, la viabilidad de los mismos y, exactamente, en qué líneas podemos seguir trabajando. José Ángel tampoco ha descartado la posibilidad de realizar nuevas batidas por si algo se hubiese quedado fuera tras realizar este estudio.
Hemos analizado un territorio bastante amplio, 27 kilómetros lineales de cauce, indicaba, entre los que hay varios puntos calientes. Sánchez ha explicado que se han analizado un total de dieciséis puntos calientes, correspondientes a los dieciséis arroyos que estaban señalados sobre la cartografía de búsqueda. Éstos han sido estudiados en base a diferentes características como su circulación, unas particularidades que no pueden ser trabajadas de forma aérea o de otra forma que no sea a través del rastreo minucioso y a pie.
Y es que, la metodología aplicada por el segoviano, ha contado con dos meses de preparación, nada aquí es improvisado, toda la zona ha sido analizada, los cauces, pozos, construcciones, etcétera, para que la búsqueda sea eficaz, señalaba. Esta búsqueda en grandes áreas, ya ha sido aplicada en cincuenta y dos casos, de los cuales, el 80 %, ya han sido resueltos.
Lo que hoy se ha hecho nos hubiera gustado que se hubiera hecho en los días, las horas o las semanas siguientes a la desaparición de Manuela, añadía el periodista Paco Lobatón, presidente de QSD Fundación Europea por las Personas Desaparecidas. Creo que debemos comprometernos a ello, ya que eso va a redundar en la eficacia de este esfuerzo tan fantástico y necesario a la vez. Lobatón reconocía que han sido necesarias muchas gestiones para poner sobre el terreno la batida de hoy. Hay que conseguir crear una forma de actuar más fluida en estos casos", ya que "lo que hace falta es prontitud y rapidez.
La coordinación que hoy se ha hecho realidad sobre la práctica de una forma tan cordial y absolutamente eficaz, es necesario que prevalezca y que se extienda al conjunto de los casos y al conjunto del país durante mucho tiempo, explicaba el periodista.
Por su parte, Emilia Chavero, hermana de Manuela, ha expresado públicamente que se queda "más tranquila", dentro de lo que cabe, con el trabajo realizado hoy. Y ha calificado "de diez sobre diez" la actuación. La familia de la desparecida coincide con la afirmación más sonada a lo largo del día de hoy pronunciada por Paco Lobatón: hay que entender el valor de encontrar pero también el valor de descartar.
La búsqueda
Aún no había amanecido cuando alrededor de 400 personas se concentraban en la explanada de La Moreras, junto al silo de Monesterio, para iniciar una nueva batida en busca de Manuela Chavero. Pateando el suelo para ahuyentar el frío, efectivos de la Guardia Civil, Cruz Roja, Protección Civil, DYA y numerosos voluntarios, venidos desde toda Extremadura, y también desde Madrid, Andalucía o Castilla-La Mancha, escuchaban las primeras indicaciones de José Ángel Sánchez, policía local de El Espinar (Segovia) y experto en operaciones de búsqueda, antes de dividirse en grupos para emprender la batida.
Cada grupo llevará un agente de la Guardia Civil como coordinador. Si encontráis algo sospechoso, no lo toquéis, avisad al jefe de grupo, explicaba con las primeras luces del alba, y añadía: esto es muy serio, no es una excursión campestre, nada de ir charlando o mirando el móvil.
Muy cerca, Emilia Chavero, hermana mayor de Manuela, emocionada, agradecía la presencia de tantas personas, y solo pedía que mi hermana vuelva ya, que sus hijos la necesitan, su niña es muy pequeña y necesita a su madre, todos la necesitamos. Emilia mostraba su convencimiento de que esto es un secuestro, la han engañado y se la han llevado, con qué motivo no lo sé, era una muchacha de lo más normal, para agregar: pasó lo de la separación y quedaba lo último, lo de los gananciales, pero claro, no la han dejado defenderse. Por mi cabeza pasan muchas cosas, muchas personas, y creo que no me confundo, aunque no quiso añadir más.
A pocos metros, una pareja pateaba el suelo, impacientes por empezar. Eran Isidro y Rosa, padres del joven cordobés Francisco Molina, desaparecido hace 15 meses. El problema es que las desapariciones se prolongan y cada vez hay más, las cifras aumentan y hay pocos medios; lo hemos visto con Diana, la chica de Galicia, que se ha hecho fenomenal, pero en otros casos no. Tampoco hay buena coordinación, denunciaba con amargura Isidro.
N eran las únicas familias de personas desaparecidas, que se unieron a la búsqueda de Manuela. Allí también estaba Carmen, hermana de Juan Antonio Gómez, desaparecido en Mijas (Málaga) hace más de seis años, o Antonio, hermano de Ángeles Zurera, desaparecida en la localidad cordobesa de Aguilar de la Frontera hace ocho años y medio.
Entre los voluntarios, también ganas de empezar: hemos venido a ver si podemos ayudar, explicaban.
Por fin, se formaron los 22 grupos de búsqueda. Cada guardia civil jefe de grupo recibía de José Ángel Sánchez indicaciones en un mapa sobre la zona asignada. Quince peinarían los cauces de los arroyos y siete espacios rurales donde había casas, cobertizos, norias, pozos
Estaban apoyados por 38 vehículos y un helicóptero de la Guardia Civil. En la explanada quedaban 80 personas para la coordinación, a cargo de tres hospitales de campaña, dos centros de comunicaciones y un centro logístico por el que los voluntarios fueron desfilando para recoger agua y un bocadillo.
El alcalde de Monesterio, Antonio Garrote, se mostraba sorprendido y agradecido por la respuesta. Reconocía que iba a ser tarea compleja encontrar algo, por el tiempo transcurrido, pero aunque no se encuentre nada será positivo, porque ayudará a descartar líneas de investigación.
Las zonas escogidas fueron barrancos y arroyos, así como el pantano de Tentudía, donde se buscaba en las orillas y también en el fondo, con grupos GEAS de la Guardia Civil y el grupo de actividades subacuáticas de Cruz Roja.
En total se van a revisar 27 kilómetros lineales de cauce, indicaba José Ángel Sánchez, entre los que reconoció que había varios puntos calientes.
Los grupos, de algo menos de una veintena de personas se pusieron a la labor de manera minuciosa, revisando cada metro, y enfrentándose a muchas dificultades por una zona muy agreste y plagada de zarzas, donde era casi imposible penetrar. Buscaban apoyados por perros especializados en detectar restos óseos porque esa es la hipótesis que manejamos, reconoció el jefe del operativo.
Un grupo encuentra trozos de hueso en el fondo de un arroyo. Inmediatamente llama al jefe de grupo, agente del Seprona. Éste toma fotos y las envía al centro de mando. Tras unos minutos de incertidumbre, se analizan las imágenes y resulta ser una falsa alarma y el grupo continúa. Este episodio se repite durante toda la mañana, en la que el móvil de José Ángel Sánchez no deja de sonar. Es lo que hay que hacer, no tocar y enviarnos las imágenes, ratifica.
"No encontrar nada también es positivo"
A media mañana llega al centro de coordinación Paco Lobatón. Tras ser informado por Sánchez sobre la evolución de los trabajos, apunta que la búsqueda de Manuela no es la primera operación que dirige José Ángel, pero sí quizá una de las más significativas y resalta la colaboración que ha suscitado. Este dispositivo suma colaboración, profesionalidad y respeto por las competencias de cada cuerpo implicado, comenta, y agrega: lo idóneo es empezar en las primeras horas, pero no ha podido ser. En todo caso, es positivo que se actúe, aunque estamos peleando porque cada municipio español disponga de un sistema y un protocolo de búsqueda que pueda activarse de inmediato.
Lobatón insiste en la idea ya expresada por el alcalde monesteriense: no encontrar nada también es positivo, porque permite reorientar las investigaciones. En este punto coincide con el jefe del operativo: pase lo que pase, hoy de aquí saldrá un trabajo muy documentado de toda la zona, que servirá a la policía judicial en su labor.
Por su parte, el periodista agrega que lo que se está haciendo sirve para las investigaciones, sirve para que la familias sepa que se está haciendo algo y sirve para que las familias de desaparecidos compartan su experiencia y conocimientos. De hecho, los familiares de las tres personas desaparecidas que hay hoy aquí son jefes de grupo porque ya han participado en varias batidas como esta y saben muy bien qué hacer.
De nuevo, suena el móvil de José Ángel Sánchez, que antes de atender ratifica lo dicho por el padre de Francisco Molina: si tuviésemos dispositivos ya preparados para cuando alguien desaparezca, la búsqueda sería mucho más eficaz. Es necesario crear unidades de este tipo, dada la gran cantidad de desaparecidos que hay cada año en España
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