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Los representantes sindicales explicando la situación ayer en un área de servicio de la A-66. :: C. moreno
Nadie se fía de las cuentas de la mina

Nadie se fía de las cuentas de la mina

Representantes de los trabajadores y de la empresa que extrae el níquel de Monesterio se reunieron el martes 2 de febrero, por primera vez

J. López-Lago

Miércoles, 3 de febrero 2016, 16:10

La empresa que explota la mina de níquel de Monesterio se afana en demostrar que pierde dinero mientras los trabajadores se empeñan en que esto es falso. Con estas tesis como puntos de partida el martes, 2 de febrero, dio comienzo la ronda de conversaciones entre los delegados de Río Narcea, pertenecientes a la multinacional canadiense Lunding Mining, y los representantes de los mineros, que temen quedarse sin empleo.

Hasta ahora las intenciones patronales de cierre se conocían por una carta que llegó a los trabajadores la semana pasada. A las diez y media de la mañana del martes las dos partes enfrentadas se vieron las caras. La empresa quería que fuera en Sevilla, los sindicatos en el pueblo. La reunión duró algo menos de dos horas y tuvo lugar en un salón alquilado al hotel de un área de servicio de la autopista A-66. Fuera, 35 empleados aguardando alguna improbable noticia positiva mientras un goteo incesante de viajeros se sorprendía por la presencia de cámaras de televisión.

Cada vez más gente sabe ya que la mina de níquel ubicada en el municipio pacense de Monesterio, limítrofe con Andalucía, quiere cerrar. De ejecutarse el ERE extintivo que cerraría esta planta se perderían unos 400 puestos de trabajo entre empleados directos de la multinacional (unos 200) y los de las empresas subcontratadas (alrededor de 180). Según UGT, el 60 por ciento de los trabajadores son andaluces y el resto extremeños, de ahí que el sindicato considere que tanto la Junta de Andalucía como el ejecutivo extremeño deban hacer un frente común para salvar la situación.

La mayoría de los afectados apelan a conversaciones entre políticos locales con representantes ministeriales. Aun conscientes de que el Gobierno está en funciones, les piden que revisen si las ayudas públicas concedidas a la empresa que quiere echar el cierre no han servido de nada.

No hay que olvidar que en abril muchos empleados dejaron de trabajar debido a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) mientras se tramitaba la documentación necesaria para dejar de sacar mineral a cielo abierto y empezar con la extracción bajo tierra. Ya entonces muchos comenzaron a sospechar. Lo reconocían en los corrillos que se formaron en el área de servicio mientras tenía lugar la primera reunión tras el anuncio del cierre. Eloy Sánchez, presidente del comité de empresa, confirmó esta sensación. «Nos sentimos engañados y traicionados», dijo a la salida. «Cada día tenemos más claro que cuando se presentó el ERTE tenían en su cabeza el cierre», señaló el representante de los trabajadores, que no entiende por qué se solicitó una ampliación. «Hay una cosa extraña en lo que está haciendo la empresa», añadió.

Solo cifras de momento

La reunión no era decisiva, solo informativa. En el orden del día se esperaba una exposición de cuentas y poco más. Según Río Narcea, que se expresó a través de un comunicado, en junio del ejercicio 2015 el proyecto de mina a cielo abierto de Aguablanca finalizó, tal y como estaba planificado desde su origen, que se remonta al año 2004.

Aún así, en el año 2013, Río Narcea Recursos aprobó un estudio sobre la viabilidad de un nuevo proyecto de explotación en subterráneo. La viabilidad del mismo se sustentaba en una proyección de precios del níquel a 8,4 dólares por libra, y del cobre a 3,65 dólares por libra. Según la nota de la empresa, «la evolución de los precios de los metales ha sufrido un drástico y continuado desplome desde entonces».

La inversión prevista para dicho proyecto era de 221,1 millones de euros. «Considerando los precios actuales del mercado de los metales, y a pesar de que el nuevo proyecto ofrecería ingresos por valor de 115,1 millones de euros, el resultado total del mismo generaría en dicho periodo pérdidas por 106 millones de euros. Ante la contundencia de los datos, y una vez estudiadas en profundidad todas las alternativas, Río Narcea se ha visto obligada a tomar la decisión de renunciar al proyecto de extracción en interior».

En apenas seis párrafos la empresa resumió su posición. Pero los representantes de los trabajadores no se creen estas cifras y esperan negociar la semana que viene con personas que tengan capacidad de decisión en la multinacional que gestiona Río Narcea. Se quejan de que a la reunión no acudieron directivos de peso sino un responsable financiero, un delegado de recursos humanos y varios asesores.

A la salida hablaron Víctor Fernández y José Luis Villares, secretarios estatales del sector minero de UGT y Comisiones Obreras respectivamente. Según explicó el primero la mina es rentable, y en la zona hay otras explotaciones funcionando a las que también le estaría afectando la Bolsa de Metales y que no han cerrado. Entre sus condiciones para llegar a una salida, pedirán que no se contemple el cierre como alternativa. El representante de CC OO insistió a continuación en que la mina tiene futuro, y señaló que ha habido maniobras para tratar de engañar. La siguiente reunión está prevista la semana que viene.

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