Eduardo Naranjo junto a algunas de las obras que presenta en el MUBA hasta el ocho de marzo. J. V. Arnelas - VÍDEO: Marta Muñoz

El MUBA celebra cien años con la pintura del Naranjo más luminoso

Una exposición del pintor de Monesterio en 2002 fue la más visitada en la historia del centro y ahora vuelve para el centenario

Antonio Gilgado

Badajoz

Viernes, 17 de enero 2020, 07:44

Cien velas sopla el MUBA. La fiesta del centenario empezó ayer con Eduardo Naranjo. Hasta el ocho de marzo, la nave principal del Bellas Artes de Diputación de Badajoz cuelga treinta y un cuadros de su época más actual.

El Naranjo del 2020 se presenta colorista, luminoso, figurativo y con un gran dominio técnico para captar el reflejo. «Ahora tengo la espaldas más cubiertas, vivo con menos problemas y soy más feliz. Eso influye en lo que hago».

Agradecido por ejercer de profeta en casa recordó sus inicios en Monesterio. Se acordó de sus padres. Le necesitaban en el campo, pero siempre le animaron a seguir su vocación y se mostró orgulloso de que pudieran ser testigos del reconocimiento del público. Habló de su maestro Eduardo Acosta y de la Diputación, que en 1959 le concedió la única beca que se ofertaba para estudiar Bellas Artes en la disciplina de pintura. «Si no hubiera sido por esa beca, quizá hubiera sido campesino y no pintor. Probablemente hoy estaría aquí otra persona».

A los jóvenes estudiantes que ahora tratan de hacerse un hueco les recomienda sinceridad. «Se tienen que entregar al arte con amor a lo que necesitan expresar».

Rememoró su primera muestra en Badajoz en el año 1981. La Institución Cultural Pedro de Valencia se trajo a la antigua Casa de la Cultura de la ciudad su primera retrospectiva, que después pasó a la Sala El Brocense de Cáceres y a Monesterio.

Eduardo Naranjo explica algunas de las obras que presenta en el MUBA hasta el ocho de marzo. J. V. Arnelas

Repitió en 2002 en el MUBA cuando lo dirigía Román Hernández, y en parte, aquella muestra de hace dieciocho años sembró el germen para que ahora vuelva a la plaza de la Soledad.

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Fue la más visitada de la historia del museo y María Teresa Rodríguez, la directora actual, le invitó para celebrar el centenario.

Su obra despertó más interés que Zurbarán, Morales, Megía, Hermoso o Covarsí. Ayer dejó claro que a sus 75 años sigue en plena forma creativa. «Fuera de mi estudio me aburro, me canso. Necesito estar siempre pintando o escribiendo, que es mi pasión oculta».

En su agenda próxima, un homenaje de seguidores y pintores en Madrid a principios de febrero y seguir girando con esta misma muestra por otras ciudades como Alicante. Parte de su obra más reciente pertenece a la Fundación Jorge Alió.

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Fiel a su realismo mágico, el Naranjo del siglo XXI se autodefine como un humilde buscador de la belleza al que le mueve el impulso de su espíritu. «He sido incapaz de repetirme, resulta muy aburrido cuando uno hace siempre los mismo».

«Ahora soy más feliz, vivo con menos problemas y eso influye en lo que hago»

El desnudo, los autorretratos, la familia o los sueños forman esta colección titulada 'El lugar de la figura'. Especialmente novedosa resulta su apuesta por encerrar en el lienzo los reflejos de las ventanas y los espejos.

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Fusiona varios escenarios superpuestos con distintos sujetos desde un mismo encuadre para mostrar al espectador varios retratos en un misma obra. «Estoy en plena forma y quiero seguir pintando, me dicen que hago cosas nuevas, pero yo no me doy cuenta».

Miguel Ángel Gallardo, el presidente de la Diputación, lo definió como el artista más internacional de Extremadura como demuestran las exitosas retrospectivas en China. También se refirió al papel que tuvo la institución provincial becando en su día a un joven de Monesterio con inquietudes artísticas.

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Lo puso como ejemplo de que con oportunidades, aflora el talento del mundo rural.

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