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Nuestro Padre Jesús Nazareno, a su regreso al templo, este Martes Santo por la noche. ISABEL AMBRONA.

La lluvia no impidió a Nuestro Padre Jesús Nazareno procesionar por las calles de Monesterio

Tuvo que improvisar un cambio de recorrido, sobre la marcha, a causa de un chubasco

elena ambrona.

Miércoles, 13 de abril 2022, 14:41

La lluvia no impidió este Martes Santo a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno sacar en procesión por las calles de Monesterio a su titular. Después de tres largos años de espera, el pueblo volvió a ver pasear a Jesús cargando la cruz por sus rincones. Y lo hizo de una forma muy especial.

Acompañados por primera vez de una banda de música, la de Monesterio-Cabeza la Vaca (MOCA), más de una treintena de nazarenos y otra de costaleros realizaron su estación de penitencia junto a multitud de vecinos y hermanos pasadas las 10 de la noche. Fue cuando se tomó la decisión de salir a la calle, en vista de que la lluvia remitía. El Jesús Nazareno cruzaba el arco de la puerta de la Iglesia de San Pedro Apóstol, sembrando emoción y fervor entre los presentes. El silencio se mezclaba con el solemne acompañamiento musical, recreando un escenario único.

La sorpresa vino cuando la comitiva apenas llegaba a la intersección de la calle Primero de Mayo con Paseo de Extremadura. Una fina lluvia comenzaba a caer del cielo. Ante el temor de que se intensificara, la Hermandad decidió recortar el recorrido y suprimir su paso por las calles Primero de Mayo y Tentudía. Así, el desfile procesional encaró Paseo de Extremadura para dirigirse hasta la iglesia por la calle Gallego Paz. Ya con un paso más lento ante la tregua que dio el chubasco que hizo modificar los planes.

Satisfacción entre los hermanos

El grupo de hermanos encargado de la organización del desfile procesional se mostró muy satisfecho tras su estación de penitencia. Así lo dejaban claro los abrazos entre ellos una vez finalizada. Pese a todas las dificultades a las que han tenido que enfrentarse, «lo de hoy ha merecido la pena», aseguraban. También quisieron agradecer al pueblo de Monesterio su acogida y colaboración, porque «se ha volcado».

La fe, la devoción y las ganas de los monesterienses vencieron a la lluvia y el frío en una noche que siempre van a recordar. Los pasos volvieron a las calles del pueblo. Y de qué manera.

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