La II Color Run reúne a más de mil personas en torno a la lucha por la leucemia

Una gran fiesta de colores volvió a afianzar en la mañana de ayer el carácter solidario de Monesterio. Fueron alrededor de 1.200 personas las que, con sus inscripciones a la II Carrera Color Run de Monesterio, homenajearon a la pequeña Irene Villalba, que sufrió la cara más dura de la leucemia, y que ayer podría haber cumplido los seis años de edad.

Organizada por alumnos y profesores de la Escuela Profesional Aguablanca I, junto a la colaboración del Ayuntamiento, y a diferentes locales comerciales del municipio, la carrera volvió a ser en su segunda edición todo un éxito, a pesar de las altas temperaturas.

Tras un recorrido por las calles del municipio por donde se fueron lanzando polvos 'holi' de diferentes tonalidades para colorear camisetas y todo el cuerpo en general de los participantes, la fiesta continuó en el Pabellón Multiusos.

Allí, el alcalde Antonio Garrote, y la Concejala de Empleo y Turismo, Amalia Sánchez, hicieron entrega a la madre y hermano de Irene de un cheque por valor de 6.000 euros, correspondiente a las inscripciones, que serán invertidos en una beca de investigación para la cura de la leucemia que financiará la Asociación Pequeños Guerreros Con V de Valientes, a los que pertenecen los padres de la pequeña. La madre de Irene, Mariangeles Granadero, se dirigió a todos los allí presentes para agradecer una vez más al pueblo de Monesterio su calurosa respuesta frente a estas causas.

Tras la carrera también hubo una barra con comida y bebida para reponer fuerzas, además de sorteos de 100 lotes de productos donados por casas comerciales locales para todos los inscritos a la carrera.