CONSUMO
Aunque pudiera parecer que las matanzas era una tradición
en peligro de extinción, según los veterinarios del SES de la zona de
Monesterio de años anteriores, en la campaña del año pasado
experimentaba un pequeño aunque considerable incremento, sin llegar a
superar aún los 830 sacrificios de la campaña del 2008/2009. A lo largo
de los años, la bajada ha sido paulatina, obedeciendo principalmente al
cambio de hábitos alimentarios de las nuevas generaciones.
Desde el SES se destaca la importancia de la inspección
veterinaria, con el objeto de la prevención de enfermedades contagiosas,
además de garantizar la calidad de los productos elaborados para su
consumo.
Una vez que el cerdo es sacrificado, el veterinario
realiza la visita domiciliaria para hacer el análisis 'postmorten' de
canales porcinas y vísceras con el fin de prevenir enfermedades
transmisibles. Además recogen también una muestra del músculo porcino,
preferentemente pilas de diafragma, para la detección de la triquinella.
Una vez que todo está analizado, el veterinario responsable determinará
si las carnes del cerdo son aptas para su consumo.
Uno de los servicios que ofrecen los veterinarios del SES
de la zona de salud de Monesterio es el desplazamiento para la recogida
de muestras en aquellas matanzas que se realizan en las casas de campo
de Monesterio, Calera de León, Montemolín, Pallares y Santa María de
Navas, trabajo que no se realiza en ninguna parte.
Los interesadas en realizar una matanza, deben pedir al
ayuntamiento permiso con 72 horas de antelación, cumplimentando así la
documentación requerida y realizando el pago de las tasas establecidas.
En Monesterio y en Calera de León, el reconocimiento de
los cerdos se hace los lunes, miércoles y viernes, además de todos los
sábados de diciembre, enero y febrero. En Montemolín, Pallares y Santa
María de Navas, se hace los martes y jueves, además de los sábado de
diciembre, enero y febrero. La campaña finaliza el 31 de marzo de 2013.